24 marzo 2008

Kansas City

Se acabaron mis minivacaciones de Semana Santa, cuatro días, de viernes a lunes, que hemos aprovechado para visitar Kansas City, ciudad que no es nada del otro mundo. A la que llegamos después de cruzarnos Missouri con sus Rednecks en sus pick ups y sus banderas de "Support our troops".


Una vez más el hotel nos salio tirado de precio, esta vez un Crown Plaza (4 estrellacas) por 60 dolares gracias a Priceline y al capitán Kirk. Desafortunadamente volví a cometer el error de buscar algo en el centro de la ciudad, cosa que en el Midwest da igual porque en el centro no hay nada, oficinas y oficinas. Se podría haber encontrado algo mejor.

Mis compañeros de trabajo me habían aconsejado no perderme el Country Club Plaza por su "maravillosa arquitectura". Resulta que el Plaza es un centro comercial abierto imitando la arquitectura de Sevilla. Ya está, nada más. Bendito país este en que sus lugares de interés turístico más importantes son centros comerciales que imitan ciudades extranjeras.

Cual adolescente despechada comedora de helado, nosotros también decidímos ahogar nuestra decepción en comida, en este caso Barbacoa, algo en lo que realmente sí destaca Kansas City.
El lugar elegido el Fiorella Jack Stack Barbecue, donde comímos hasta reventar costillas y carne de ternera en barbacoa. Realmente merece la pena, ya que la carne es especiada y cocinada en la BBQ a fuego lento incluso doce horas, y eso se nota en la suavidad y el sabor.

Para reposar la cena, cine: Vantage point. Esa película con Eduardo Noriega en la que matan al presidente de los EEUU en Salamanca (aunque rodada en México). Una mierda, llena de clichés. Evitadla si podéis.

Al día siguiente lo mejor del fin de semana. Visita al mercado viejo, que consistía en un mercado como el de toda la vida donde chinos, arabes e hispanos vendían sobre todo fruta como se ha vendido toda la vida. Aunque parezca una tontería, fue una gozada. Y después visita al Nelson-Atkins museum of art, mejor museo de lo que se podría suponer, tanto por fuera como por dentro, con obras desde Sumer hasta contemporaneo, incluyendo un caustro de un monasterio francés, así tal cual, enterito.

Un café apurando los últimos momentos en civilización y al pueblo.

1 comentario:

Canichu, el espía del bar dijo...

He visto a tu señora madre por la calle, hemos hablado de "mini-yos" del sr. Guti y le puedo asegurar que tiene su señora madre una sonrisa de oreja a oreja de satisfacción y pelnitud. Un saludo.