28 abril 2008

Lawrence y Black Rebel Motorcycle Club

Lawrence es una pequeña ciudad universitaria a 40 millas de Kansas City, quizá conocida algunos de vosotros por ser el escenario de The day after, película donde se narran los días justo antes y después de un ataque nuclear soviético sobre EEUU.

Cómo ciudad universitaria tiene un nosequé diferente al resto del Midwest, de hecho el condado donde está Lawrence es uno de los dos que votaron demócrata en las últimas elecciones en todo Kansas (y Kansas tendrá más de cien condados). Realmente Lawrence tiene una calle larga por donde se puede caminar y donde se amontonan tiendas de ropa, coffeeshops y bares; parece una minucia y posiblemente lo sea, pero ya es una calle más que la mayoría de las ciudades y pueblos del Midwest.

Realmente me pareció un sitio idóneo para hacer la comida de primavera de los profesores visitantes a poco más de un mes del final del curso, de hecho a muchos de ellos sólo les he visto dos veces, una en la comida de otoño y otra en la de primavera. El sitio elegido en Free State Brewery Company, un lugar donde se podía tomar una cerveza en la terraza mientras se critica a los viandantes que pasan. Muy recomendable.

Paloma y yo aprovechamos el fin de semana fuera de los campos de maiz para asistir a uno de esos eventos que hace tiempo que no disfrutamos, un concierto en el Liberty Hall de Lawrence, y no de los niños del coro del colegio, sino de Black Rebel Motorcycle Club, grupo que me gustó cuando los ví en el FIB del 2002.



Desgraciadamente el concierto no me gustó, ni a mí ni a mi hija, que no paraba de dar patadas a su madre. Demasiada influencia del blues y de la música folk americana, demasiada armónica y demasiada canción acústica, mucha pose rebelde, con chupa de cuero y fumando en el escenario (cosa mala y prohibida), y poca chicha, apenas seis canciones con las guitarras a tutiplen en un concierto de más de dos horas que si se hicieron largas. Os lo puede explicar Robert chanante Smith:



En fín que una estafa, aunque me voy a acostumbrando. Hoy el ginecólogo nos ha clavado 60 dolaracos (45 euracos) por ponerle un micrófono en la barriga de Paloma, ni comentarnos las ecografías ni nada, vamos, comprobar que le sigue latiendo el corazón y ya está. Para eso tanto estudiar, si eso lo hago yo con un danone vacio. Que se le va a hacer.

Y de postre gominolas:
En EEUU es normal ver matriculas celebrando la flora y fauna de un lugar o con los colores de los equipos de fútbol. Florida está debatiendo permitir matrículas con motivos religiosos, eso sí ateos y agnósticos atenerse.
No sólo en EEUU hay rednecks, también los hay en la redacción del Marca.

3 comentarios:

Canichu, el espía del bar dijo...

si había mucho blues en el concierto podrías haber grabado algo para tus lectores que les mola, aunque luego lo criticaras negativamente... jo... Un saludito.

Anónimo dijo...

Habéis pensado donde dejaréis a Paula si queréis seguir viendo este tipo de conciertos "ruidosos"???? ir pensando, ir pensando???' qué tal la barriguita, veo que ya se mueve...... Cuidaros mucho!!

Anónimo dijo...

Jo macho, voy a ir a un concierto de The Cure en San Jose, California, que esperaba como agua de Mayo, y por tu culpa se me estan pasando las ganas despues de ver el video de Chanante:)