28 agosto 2011

Sobreviviendo

Desde que hemos llegado a Iowa no hemos parado, literalmente, si no es por la casa, por el colegio. Empezaremos por el colegio.

Comencé las clases el miercoles 17, lo cual sería normal sino fuera porque el 16 por la tarde todavía no tenía ni ordenador, ni código para fotocopias, ni listado de alumnos... En fin, que llevo una semana y media saliendo del paso. Al principio creía que iba a ser todo bastante parecido a Clarinda, pero hay diferencias importantes:
Tengo, en algunas clases, más de 30 alumnos, lo cual es una burrada, sobre todo porque estos pasan de todo. El instituto lleva unos años con muchos cambios, no sólo de renovación de edificio, también de equipo directivo. De momento no tenemos un protocolo de disciplina, cada profesor se lo tiene que guisar por su cuenta. Soy yo el que tiene que estar al tanto de cuantas veces falta un alumno para llamar a sus padres, soy yo el que tiene que establecer las sanciones para los que llegan tarde reiteradamente, soy yo el que administra las sanciones... De todo esto me entero una vez empezado el curso, por lo que cada día tengo que cambiar las normas, cosa que no queda nada bien. También ayuda que no se puede sancionar el usar el móvil en clase y, sobre todo que, si suspenden un examen, pueden volver a hacer, el mismo examen, todas las veces que hagan falta. Ya veremos como avanza la cosa.

Con la casa, contentos, aunque equipar una casa desde cero es algo difícil de hacer en una semana, por dinero y por tiempo, vivimos aquí. A los que os interese la geografía urbana sabréis que en las ciudades americanas el centro es una amalgama de edificios enormes de oficinas, el Central Business District, alrededor suyo estan los edificios residenciales antiguos, habitados en forma notable por lo peor de lo peor, hookers y drug dealers, y las afueras, los suburbios, estan plagados de casas unifamiliares donde vive la clase media. Pues nosotros vivimos justo en el límite entre el CBD y el anillo residencial de clase baja. Una manzana al este y estamos en el (puto) centro, una al oeste y podré comprar metanfetaminas caseras o irme de putas de escasa calidad estética. De momento aprovechamos para acercarnos cuando podemos al Old Market, el barrio antiguo de la ciudad.


Por otro lado, contaros que Dario ya cumplió un año el día 19, sigue como en España, sonrié por el día lo que no nos (más bien a Paloma) deja dormir por la noche. También, aunque ya dió sus primero pasos en Alcalá, ha aprendido a andar.



Y lo de Paula es bestial, fue poner pie en territorio yanqui y se convirtió en la niña buena y tranquila que era antes de ir a España: no se enfada, no llora, come y duerme bien. ¿Echaría de menos Iowa?

2 comentarios:

Duk dijo...

Jajajaj que grande Darío!! me alegro que esteis bien por ahí!! :D

A ver si se cuece una visita en un futuro.... Por cierto vaya kelly noo?? con moqueta y todo!

Un saludo familia!

El senyor Daniel.

linóleo dijo...

Están guapos tus niños, cómo mola Dario y sus primeros pasos. Un abrazo y suerte.