08 diciembre 2011

Toddlers & Tiaras

En EEUU muchos apartamentos, creo que la mayoría, no tienen lavadora. Si es un edificio grande suele haber un cuarto de lavadoras, si no hay que ir a una lavandería, lo cual es muy molesto cuando la temperatura exterior es de diez bajo cero.

Como sea, ayer bajé a la lavandería de mi edificio que está en el sotano, mientras doblaba la ropa miraba de vez en cuando la ropa. En la tele había un programa llamado "Toddlers & Tiaras", ya había oído hablar de él pero nunca lo había visto; no tenemos tele en casa, si queremos ver algo siempre está internet. Cuando llegaron los anuncios me dí cuenta de que llevaba diez minutos sujetando en mis manos la misma camiseta, sin llegar a doblarla, y que llevaba ese tiempo sin dejar de mirar la tele, aunque un gesto de asco se había dibujado en mi cara.


Creo que todo padre, aunque no sea consciente de ello, intenta proyectarse en su hijo. Eso es normal. Pero maquillar a tu hija de tres años con aerografo, ponerle uñas, pestañas, dientes o hasta tetas falsas, o directamente vestirla de puta (bueno, de Julia Roberts en Pretty woman); parece más una obsesión de los padres. Si toda tu autoestima se basa en lo guapo que eres y lo bien que vistes, cuando eso se va no te queda nada; sobre todo en EEUU, donde muchas personas experimentan una metamorfosis durante la veintena similar a un Gremlin que come después de medianoche. Buscar la autosatisfacción utilizando a tus hijos parece más propio de un enfermo. Sólo así se puede concebir a alguien que promete a su hija una pistola rosa si no se arranca las uñas postizas o cuyo principal motivo para tener un hijo es poder llevarlo a concursos de belleza.

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