12 septiembre 2010

Primer asalto

Esta semana ha sido bastante movida, literalmente. El domingo pasado volví a Glasgow, donde viví dos años y medio, porque el lunes tenía dos entrevistas de trabajo. Allí, Ilias, nuestro estudiante perpetuo de doctorado me acogió como mandan los cánones mediterráneos.

La primera de las entrevistas, para dar soporte de UNIX, Linux o Solaris, resulta que era en Sun Microsystems, aunque a mi me convocaba otra empresa. Algo de Linux sé, pero un poco básico. Desgraciadamente el "o" del anuncio, debería ser " y sobre todo" y como de Solaris no sé nada, me rechazaron por no dar el perfil técnico. Una pena, porque el sitio era impresionante y podía haber aprendido bastante.

La segunda entrevista era con la empresa de trabajo y no con la empresa final, Sykes. Quedamos en que Sykes me llamaría para una segunda entrevista, aunque esto podía ser en una semana o tres. Así que, dada la incertidumbre, decidimos regresar a nuestra madrigera en Asturias hasta concretar la segunda entrevista y, hasta la hora de mi marcha, dediqué el tiempo a sembrar Glasgow de curriculums.

Para volver lo más económico era via Bruselas y Valladolid. En Bruselas, ya puestos aproveché para tomarme unas Jupiler y visitar a Anne Francoise, gran amiga y mejor persona, quien me aconsejo buscar curro por el barrio de la comisión europea, que literalmente llene de curriculums. Y resulta que Valladolid estaba de fiestas, eso y Viky hicieron que la espera del autobús fuera más amena.

Mientras tanto, en la piel de toro, nacía una nueva sobrina política, Paula cumplia dos años, y Dario iba a su primera revisión, en la cual comprobamos lo que sospechabamos, que se está poniendo como el muñeco de Michelin, y es que engordar 71 gramos al día no es normal.

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