Minneapolis

Fin de semana en Minneapolis, provincia de Minnesota, el estado de los 10.000 lagos. Gracias a Priceline.com reservamos una habitación doble con cocina y sala de estar en un Marriott por 50 dolares la noche con desayuno y piscina incluidos (unos 35 euros), era como vivir en una casa pero a precio de albergue juvenil (la pasada semana santa pagué 45 eurazos por noche en Berlin).

Esto de Priceline está bien, tu dices una zona a la que quieres ir, una categoría de hotel mínima que pides y dices el precio que estas dispuesto a pagar, ellos te miran en el momento miran en hoteles si aceptan la oferta... y en caso afirmativo ya está. Algo que está anunciado por el capitán Kirk no puede ser malo, que por cierto, era de Iowa. Apuntároslo por que también hay versión inglesa.

Al grano, en Minneapolis visitamos el Walker museum de arte cotempopraneo, que está bastante bien, coincidió que ese día inauguraban una exposición de Frida Kahlo. Es curioso que, en vez de audioguías, el museo tiene la guía de las obras accesible a través del móvil; tú llamas al número del museo, introduces el código de la obra que estás viendo y te sale un mensaje con un tío explicándote la obra. Y es que el arte moderno hay que entenderlo. Digo yo. Lo que más me gusto es una colección de dibujos etiquetados bajo "Brave New Worlds".

Más tarde paseillo por un parque de esculturas al aire libre que estaba al lado del museo, paseo por las orillas dell río Mississipi con las cáscadas de San Antonio que antaño fue motor industrial de la ciudad, y para terminar paseo por Saint Paul, ciudad limítrofe con Minneapolis (por eso las llaman Twin cities) bastante más pija.

Al día siguiente visita al IKEA, dónde me sentí en Europa por un par de horas, y para terminar visita al monstruo, el Mall of América:



Y con la sensación de mareo que me producen los centros comerciales, vuelta al sur, a mi pueblecito Iowino. De Minnesota nos quedamos con su museo, sus lagos y sus colores marrones de hojas caducas. Un beso.